20 mayo 2013

Rincones de San Ciprián (xxxiii), en el puerto.



La llanta de la rueda del remolque del puerto, con el que se botan y recogen las barcas, pierde en su lucha contra la oxidación. La humedad y el salitre son poderosos aliados del oxígeno, mientras que la pintura apenas consigue retrasar la corrosión.

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