27 agosto 2007

Una visita de Platero al CAMF de Leganés.

Platero, hoy quiero presentarte nuevos amigos. Si, ya se que tienes muchos y muy buenos, sobre todo entre los niños, pero estos son especiales. Vas a quererlos como quisiste a la niña tísica: toda ojos negros y dientes blancos, al niño tonto de la calle de San José, a Darbón tu médico, que pasaba de la risa al llanto al recuerdo de su niña muerta.

El centro amplio y luminoso, te parecerá triste, pero es que los residentes son también florecillas solitarias a los bordes del camino, pajarillos atados con cables de acero, cepas que te ofrecen las uvas moscateles de sus sonrisas mientras se retuercen en sus sillas de ruedas. Todos necesitan para seguir viviendo, de la escucha paciente, la palabra amable y las caricias veraces de los que vamos de fuera...ellos te ofrecen, a cambio, las miradas trasparentes de unos ojos como los tuyos que ponen alas en los pies y campanitas de colores en el alma...y una cosa muy extraña, si les preguntas como se encuentran la mayoría te responden que bien ¿Te parece Platero que están tristes?

Ya hemos llegado. Ese hombre que nos dado los buenos días sonriendo, se llama Manuel Candelas y su voz te habrá resultado extraña, porque no es su voz; el no puede hablar, ni moverse, siempre le verás con la cabeza inclinada hacia el lado del corazón; solo mueve, un poco, su mano derecha para apretar el botón de una máquina que le presta algunos sonidos impersonales: ¡Muchas gracias, buenos días, quiero ir al servicio¡...que no pueden expresar los gritos callados, que salen del pozo, insondable, de su conciencia

Continuar con el relato.

Ese otro que camina hacia atrás impulsando con los pies su silla de ruedas, se llama Gabriel, y escribe poemas de vida o de muerte, según sople el viento solano de su esquizofrenia. Ahora tiene los ojos mas brillantes y el monedero más vacío que de costumbre, porque unos malvados le han robado ¡con violencia! Unos euros que guardaba para divertirse un poco en la Rosa Negra ¡Por cosas de estas, Juan Ramón, tu alma gemela se encontraba tan a gusto lejos de los hombres!.

Esa señora que mueve con la barbilla el mando de su trono eléctrico con ruedas, es Margarita y pinta eso: Margaritas, blancas, naranjas, moradas... margaritas diminutas sobre extensiones verdes con pinceladas rojas; sus cuadros son muy apreciados porque son muy buenos y porque han sido pintados con la boca. En adelante no podrá deleitarnos con nuevos paisajes; lo ha tenido que dejar porque el olor de la pintura, tan distinto al que tú aspirabas por lo campos de Moguer, le estaba dañando los pulmones.

Ese otro señor se llama Sebastián, padece de Espondilitis; siempre va tendido en una cama eléctrica, y con ella se le ve pasear por Parque Sur ante la mirada sorprendida de la gente normal. “Sebas” elabora en su corazón y conserva en su memoria, unos poemas que cantan a la vida y que regala amablemente a todo el que se los pide. Con su voz dulce y pausada intenta llevar algo de esperanza a algunos de sus mas de cien compañeros que están pensando en tirar la toalla. Sebastián ha escrito un libro de poemas del que ha vendido toda la edición...

Esa Señorita, rubia, joven, guapísima, recién pintada, que parece esperar a alguien, se llama Juani, es tetrapléjica. Todos los días me pide por favor que le ponga un cigarrillo en la boquilla que tiene pegada en el apoyabrazos. En tanto el humo se desplaza por el tubito hasta sus labios, le guardo el paquete con el mechero, y le pongo sobre el bolso con mis manos calientes las suyas heladas, que parecen de cera. Ella me corresponde con un muchas gracias y una sonrisa que resquebrajan mi alma.

Ese joven con una coleta rubia, de aspecto tranquilo, que avanza trabajosamente por el pasillo con los ojos cerrados y la barbilla clavada sobre el pecho, se llama Alfonso; Una Ataxia cerebral se ha ido apoderando implacablemente de su cuerpo de atleta, no así de su espíritu que es indomable. A veces monta algún numerito que irrita a sus cuidadoras, pero es para llamar la atención; Alfonso no puede vivir, y se desespera, sin sentir el olor, el contacto, el palpitar de otros corazones junto al suyo, sin que alguien le preste, aunque sea por unos momentos, su voz, sus ojos, sus oídos, sus piernas, sus manos...

Ese señor que intenta dar unos pasos agarrado al pasamanos del pasillo se llama José Lillo y ha sufrido, una de detrás de otra, dos hemorragias cerebrales, Si le prestas atención, e hilvanas pacientemente sus palabras. sabrás que fue un celador muy eficiente durante muchos años en el Hospital Clínico de Madrid, y que el personal sanitario; médicos y enfermeras le reclamaban sobre otros compañeros, había incluso cirujanos que pedían que Lillo estuviera presente en las intervenciones; tal era la fuerza, el cariño y la profesionalidad con que cogía entre sus brazos a los pacientes..

Esquizofrenias, Espondilitis, Tetraplejias, Ataxias cerebrales, Hemorragias...que palabras tan negras, tan horribles, tan profundas... parece que son las palabras las que taladran los huesos, paralizan los nervios, obstruyen las arterias, destrozan el cerebro...

Platero si en tus paseos por los prados del cielo te encuentras con Dios, detén el trote, ponte a su altura, roza con tus orejas su túnica, deja que te acaricie y luego, con los espejos de azabache de tus ojos fijos en sus plantas divinas, pídele, en confianza, que las borre de la faz de la tierra.

En tanto platero que se coloca cada cosa en su sitio en el tremendo rompecabezas de la vida, en tanto el ser humano consigue la felicidad que se merece...tú que no duermes, no dejes de acercarte por el CENTRO DE ATENCIÓN AL MINUSVALIDO FISICO DE LEGANÉS.

Tus nuevos amigos te están esperando para que los lleves a pasear, como hacías con tu alma gemela Juan Ramón, por los campos, siempre verdes, de sus ilusiones.

¡PLATERO!

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