Con la evocadora palabra ababol nombramos a la amapola, pero también a la persona distraida, como es mi caso.
La imagen que se muestra es el resultado de un olvido ya que no retiré el filtro degradado de grises que utilizo para compensar las luces y con el que había fotografiado el cielo y la tierra en la imagen precedente.
El resultado me resulta interesante ya que rompe la monotonía de las amapolas en el trigal al disminuir la intensidad lumínica.
14 mayo 2010
Degradado ababol.
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Monet puro.
ResponderEliminarA mí me ha encantado la foto; como una verdadera pintura.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas veces, grandes descubrimientos se han producido por descuidos o casualidades. En ocasiones ocurre esto, que te olvidas algún ajuste en la cámara y consigues algo mucho más atractivo de lo que esperabas. ¿Será el destino?
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