Al asomarme al interior de la cueva del castro de Viladonga quedé asombrado al observar como algunas zonas aparecían teñidas con un extraño brillo de tonalidad verde esmeralda. Posteriormente me informé que esta luminiscencia la emitía una extraña y rara variedad de musgo del que se ha documentado su presencia únicamente en quince puntos de la península, y en especial, en Galicia, en cuevas y oquedades.
Es popularmente conocida como "oro del duende" y da la casualidad que este verano volví a encontrar "oro" en otro lugar que ya os mostraré.