El parque de Bosquesur nevado, con Fuenlabrada al fondo.
ASOCIACIÓN FOTOGRÁFICA LA PAZ, PINTORES DE LUZ.
Bastarían apenas unas palabras para definir lo que es la Asociación Fotográfica la Paz: unos fotógrafos aficionados de Fuenlabrada que se reúnen para hablar de fotografía, compartir experiencias fotográficas y promocionar su práctica.
Sus orígenes se remontan doce años atrás, cuando una decena de inquietos aprendices de fotografía de los Talleres de la Universidad Popular quisieron poner en práctica lo aprendido durante sus años de escuela.
Por aquel entonces y a pesar de que no son tiempos lejanos han ocurrido tantos cambios, en especial en el mundo de la imagen, que el pasado ya es historia: las películas negativas y diapositivas atrapaban la luz en sus cristales de plata, en la oscuridad del laboratorio por el arte de la química la imagen se revelaba y surgía de la nada. En apenas una década todo ha cambiado, la fotografía digital ha enviado al exilio a las Velvias, Kodakcrome, T-MAX y los papeles baritados, ya las manos no huelen a reactivos y el laboratorio se ha convertido en un cuarto trastero. Megapixels, photoshop, HDR e histogramas son las redes en que casi todos, a la fuerza o rendidos a la evidencia, hemos sido atrapados.
Cuando nació la asociación, el Centro Cultural la Paz nos dio el nombre. En la sala donde se celebraban las reuniones sobraban las sillas mientras que hoy el local se encuentra a un kilómetro de distancia y los casi cuarenta socios que somos tocamos a menos medio metro cuadrado por cabeza. Los socios somos de diferentes partes de la comunidad de Madrid, con diversas trayectorias e intereses y nuestras fotos se ven en todas las partes del mundo gracias a uno de los inventos más importante de todos los tiempos, internet.
Las seis letras forman nuestras siglas, AFOPAZ, van camino de convertirse en una marca de referencia que ya ha acompañado a un Certamen Nacional de Fotografía y a las Jornadas Fotográficas de Fuenlabrada, que con más de diez ediciones consecutivas, son un elemento imprescindible en la cultura local. Además, abre las puertas de importantes escaparates fotográficos y habla de tu a tu con fotógrafos de reconocido prestigio nacional e internacional. Para los socios, pertenecer a la asociación puede ser un elemento a señalar en el currículum y permite hacer y exponer fotos en lugares vedados para el público en general.
Pero esto no es lo importante y los socios lo sabemos. Todos los proyectos que se desarrollan sólo se realizan con los objetivos de aprender, disfrutar pero sobre todo compartir nuestra pasión, desde la ilusión y la humildad. Hemos perdido la inocencia de antaño y sentimos que la fotografía ha perdido parte de su magia, pero buscamos con el mismo afán la escena soñada, la cámara sigue seduciéndonos con su poderoso encanto, apretamos el disparador con la misma pasión que a la persona amada y nos gusta contar historias con las imágenes.
Con mayor o menor fortuna, en la asociación nos sentimos pintores de luz.
Artículo y fotografía publicados en:
Agora, Fuenlabrada Siglo XXI.
Número 2. 1º Semestre 2010.
Páginas 18 a 21.