29 diciembre 2006

Iluminación navideña y felices fiestas



Hacía mucho tiempo que no publicaba una fotografía en el blog y a estas alturas de las navidades aún no había transmitido mis mejores deseos.

Así que, fotografiando dos pájaros de un clic, aprovecho esta estampa navideña de la iluminación de la Plaza Mayor de Madrid para desear a los colaboradores y visitantes del blog unas felices fiestas y prospero año nuevo.


Un fotogénico derroche energético por el centro de Madrid es lo que puede contemplar y admirar entre la marea humana.

Una muestra de ello queda recogida en esta proyección de diapositivas que espero os guste.

28 diciembre 2006

Las tres semillas de la abundancia

Querido Ismael: Quiero que conozcas una historia que se ha conservado en la memoria de nuestra tribu como uno de sus tesoros mejor conservados y que nos cuenta lo que ocurrió a un antepasado nuestro con el gran sabio Salomón.

A nuestro Soberano le gustaba pasear por los barrios más tenebrosos y recónditos de Jerusalén cuyos nombres enrojecían los rostros de nuestras mujeres e infundían temor a los más valerosos de nuestros hombres; lugares infames frecuentados por gentes indeseables...que formando redes secretas, empañaban con sus crímenes el nombre, mil veces Santo de nuestro pueblo.

Al rey mas justo y piadoso le disgustaba tener bajo su manto a hombres incrédulos, y todas las noches vestido pobremente y cubierto con una túnica de lana, se mezclaba entre esas gentes, para con la paz que irradiaba su venerable rostro, su sabiduría y la suavidad de su palabra darles a conocer el dulce nombre de Yahvé.

Una noche, cuando se disponía a regresar a Palacio después de compartir su tiempo en una taberna maloliente con ladrones de ganado y salteadores de caminos, de los que se había ido ganando poco a poco la confianza, se vio rodeado por cuatro malhechores que le exigieron todo lo que llevaba encima a cambio de su vida.

Nuestro Rey, que era tan enérgico en el cuerpo como sabio en el espíritu, les hizo frente con entereza, pero hubiera muerto de no acudir en su ayuda un israelita antepasado nuestro, un joven valiente y generoso, él mas fuerte de entre los fuertes de nuestra tribu.

Puesto en fuga los malhechores. El guía de nuestro pueblo se dio a conocer a su salvador y en prueba de agradecimiento le ofreció su anillo y le dijo que fuera a verle la mañana siguiente a su mansión porque quería obsequiarle con algo más valioso.

No pudo dormir Jhadid en toda la noche y antes de que el Sol se mostrara con todo su esplendor se presentó, decidido, ante las enormes puertas de bronce de palacio. Uno de los centinelas, a la vista del anillo, le condujo al jefe de la guardia, y este a la sala del trono donde estaba el rey reunido con su secretario de más confianza.

Al verle Salomón le dijo a su ministro que los dejaran solos, que se ocupara del refrigerio de la mañana y que ordenara al tesorero que trajera un cofre hasta la mitad con monedas de oro.

Nuestro rey le dio las gracias de nuevo y le invitó a sentarse a su lado rogándole que le hablara de su vida, de su Dios, de sus ambiciones más soñadas. Jhadid le contestó que su vida era la cualquier joven cuya riqueza estaba en la fuerza de sus brazos, su Dios el Dios de nuestro padre Abraham y su deseo más intimo compartir su vida con alguna de las hijas más humildes de nuestra tribu de Benjamín.

La llegada en este momento de dos de las favoritas del rey, trayendo en fuentes de plata frutos frescos y vino dulce, precedidas por el tesorero real con un cofre hasta la mitad con monedas de oro, hizo que el rey guardara silencio mientras pensaba lo que diría a Jhadid. Una vez que sus servidores, sin dar la espalda a su señor, abandonaron la sala le invitó a beber de su misma copa y a que participara también de los frutos frescos

Después de comer y beber en la misma copa. El más sabio de los reyes puso en el cofre el anillo que le había devuelto Jhadid, lo mismo hizo con la copa y la jarra que eran de oro incrustadas de diamantes y le dijo: La suerte querido Jhadid se presenta rara vez en nuestras vidas, y tu te la encontraste anoche al salvarme. Hoy te ofrezco mi amistad junto con uno de estos dos regalos que tendrás que elegir

-Con esta fortuna te aguardan noches de insomnio por el miedo a los ladrones. La envidia de tu familiares por tu buena suerte. Te sentirás incomodo con tus amigos de siempre y buscaras otros mas ricos que te llenaran de halagos pero que a tus espaldas se reirían de tus orígenes humildes, irás con miedo por las calles oscura y apartadas, te olvidaras de la fe de tus padres y adoraras al becerro de oro, te casarás con una cortesana a la que solo interese tu dinero y no volverás a arriesgar tu vida como hiciste anoche por salvarme.

Y con este otro (continuó diciendo) mientras cogía tres semillas de los frutos que habían comido: Dormirás tranquilo sin ser envidiado, nadie atentara contra tu vida porque nada tienes que perder, conservaras tus amigos de siempre, serás feliz con tu esposa que te querrá por lo que eres y que te dará hijos, acabarás siendo rico y poderoso, y lo que es mejor serás amado, respetado y ejemplo de vida para nuestro pueblo.

-Mi rey y señor. Al exponer mi vida para salvar a mi Señor tuve el honor de hacer lo que hubiera hecho el más pequeño de mis hermanos. Mi señor no debe nada a este indigno siervo suyo del que puede disponer de su vida como le plazca. Y solo le aceptare como el don mas precioso, las semillas que han estado en su boca, porque estoy seguro que ellas me traerán, junto con el aprecio de mi señor, muchos años de felicidad..

Le agradó a nuestro Sabio la decisión de Jhadid, y le dio las tres semillas: La una era áspera y rugosa al tacto como las manos de nuestros labradores. La otra achatada, con aristas por un lado y redondeada por el otro como las dos caras de una misma cuestión. Y la tercera era suave al tacto, como las manos de las favoritas de nuestro Rey, y brillantes como la mirada de un niño... y entonces...

...Y entonces... Le interrumpió Ismael, al que le brillaban los ojos, prosiguiendo por su cuenta con la narración. Nuestro Rey le entregaría las semillas con la mejor de sus sonrisas y el bueno de Jhadid se despediría de su Señor besándole las manos...Y aquella misma noche, tras ponerse el Sol, elevando sus plegarias a Yahvé las sembraría en el lugar mas fértil y soleado de su finca junto al pozo de sus padres, y a la mañana siguiente, puesto de rodillas en oración las regaría con el cuenco de la mano. Y pasado el tiempo la tierra le devolvería multiplicados: Los melocotones más grandes y olorosos, los albaricoques mas dulces y tiernos, los nísperos más carnosos y agridulces. Cuyas semillas, sembradas de nuevo, convertirían su heredad en la más fértil de los alrededores de Jerusalén y a el en uno de los más ricos hacendados de Israel.

-No fueron así las cosas, querido Ismael porque Jhadid. Era pobre, el más pobre de entre los hijos de nuestra tribu y no tenía tierras, ni pozo, pero era fuerte, tan fuerte que podría compararse al Sansón del que se habla en la historia de nuestro pueblo, y tan austero como el más austero de los antiguos profetas. Y trabajó duro ofreciendo sus brazos en alquiler a unos y a otros hasta poder comprar unas tierras ásperas y pedregosas; y arranco las piedras con las manos, limpió el campo de abrojos, la sangre brotaba de sus manos por la azada y los espinos, y excavó un pozo e hizo una casa, y pasados los años se convirtió en uno de los más ricos de la aldea... y entonces...

... Y entonces... le interrumpió de nuevo Ismael, el bueno de Jhadid, cogería las tres semillas y las sembraría en la tierra (que había regado con su sudor y abonado con su sangre) En el lugar más fértil y soleado, junto al pozo que había excavado con tanto esfuerzo e invocando a Dios...

No fueron así las cosas querido Ismael... porque Jhadid ya tenía las espaldas encorvadas, las piernas de plomo y el pelo de plata y decidió que le había llegado el momento de descansar; y tomó por esposa a una mujer joven y humilde de la tribu de Benjamín, aún fértil, y dio en renta su finca y pudieron vivir felices sin que les faltara lo necesario para el resto de sus vidas y tuvieron un hijo, que se llamó como tu, y del que descendemos nosotros y entonces...

Y entonces le interrumpió, por tercera vez, con el asombro y la duda pintados en sus ojos ¿Qué ocurrió con las semillas? ¿Para que tanto esfuerzo? ¿De que le ha servido a nuestra familia y a nuestro tribu la sabiduría de Salomón y el desprendimiento de nuestro antepasado Jhadid?

Nos ha servido de mucho, le contestó el anciano con la más dulce de sus sonrisas: De ellas hemos aprendido que aquello que vale mas que la riqueza y la sabiduría de Salomón y por lo que merece que entreguemos nuestras vidas no nos lo puede ofrecer una fortuna conseguida de la noche a la mañana. Tienes que comprender que lo verdaderamente valioso, lo que nos puede hacer felices, aquello por lo que podemos ser recordados por las gentes, suele venir, por lo común, acompañado de vigilias y ayunos, que avivan el espíritu y agudizan la inteligencia, y que todo lo preciosos e inabarcable viene acompañado de mucho esfuerzo y de muchos sacrificios.

La existencia (continuó el abuelo) No suele darnos demasiadas oportunidades y a puesto en nuestras manos la posibilidad de acertar con la más feliz o equivocarnos con la mas desgraciada. Las cosas no son tan buenas como nos parecen, ni tan malas como nos creemos. Yo creo que Jhadid tuvo una decisión, incomprensible para muchos, pero acertada en mi opinión. En cuanto a las semillas nunca se pudrieron en la tierra y se ha venido conservando en nuestra familia de generación en generación, y hoy me siento orgulloso de dártelas como ni padre la recibió del suyo y tu tienes que legar a tus hijos.

No quedo muy convencido Ismael sobre si fue acertada la decisión de Jhadid, porque pensaba, que siendo rico hubiera llevado, también, una vida no menos meritoria. Que con dinero se obtienen medios para hacerse conocer de la gente que no están al alcance de quien se quita el pellejo trabajando... Pero su abuelo, adivinándola, porque no en vano era el más sabio de los ancianos de Jericó, se levantó en ese momento con la excusa de que se iba al huerto a observar unos melocotones y unos albaricoques que estaban empezando a madurar.

27 diciembre 2006

¿Por qué escribe poesía Francisco Cenamor?

Francisco Cenamor, poeta y actor de teatro, de quién podemos leer y escuchar los poemas de su primer libro Amando Nubes en este espacio, escribe en el blog Escritores - Cursos, concursos y recursos.

Se trata, tal como se indica en la cabecera de un blog literario apasionante para todo tipo de escritores y lectores de Libros, Cuentos, Novelas, Poemas y Blogs.



En el artículo publicado por Zena el 24 de diciembre de 2006 podemos descubrir el porqué de su inquietud poética, he aquí un estracto:

"Pocas veces me he planteado por qué escribo poesía. Tengo dos libros publicados y he participado en diversas antologías. Cuando se publicó mi primer libro sentí algo especial, una realización personal. Pronto pasó. Mi segundo libro me hizo sentir extraño; no consiguió colmar cierta ansia de absoluto, pero me ayudó a descubrir eso precisamente, que escribía por cierta ansia de absoluto..."

Francisco Cenamor.

15 diciembre 2006

Las verdades de tu pelo

cómo ondulan en el viento
las verdades de tu pelo
cómo se agitan en la vida
las claras mechas de
tu pensamiento


Recitado por el autor

powered by ODEO
Francisco Cenamor (Zena)
zena2001es@yahoo.es

Del libro de poemas Amando nubes. Madrid. Ed. Talasa. 1999.

08 diciembre 2006

"Extremadura, paisajes vividos", exposición colectiva de los socios de AFOPAZ

Campos extremeños
en que la ilusión de la luz
nos colma la retina
de paisajes vividos y soñados





"Extremadura, paisajes vividos" es el título de la exposición colectiva de los socios de AFOPAZ organizada por la propia asociación con la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento y del Centro Comercial Loranca de dicha localidad, con motivo de la celebración de las VIII Jornadas Fotográficas de Fuenlabrada.


Ha podido visitarse en las Casas Regionales Extremeñas y Andaluzas, c/ Honda de Fuenlabrada (Madrid) durante los días 9 al 29 de Noviembre de 2006.

Ahora, las fotografías pueden contemplarse en la localidad de Monroy (Cáceres). Van a estar expuestas en el local de la Asociación EL BEZUDO, primer piso de la casa del médico (Plaza de España, desde el día 6 de Diciembre hasta el mes de abril de 2007.

05 diciembre 2006

Antes y después.

A la persona que nunca quise.

Antes de que el frío hiriente con sus tenazas de hielo desprenda de los dedos ateridos de este desgraciado el lápiz con el que quiere confesarse contigo en este lugar inhóspito

Antes de que la ventisca: Granos de arena, agua salada, viento iracundo y despiadado le nublen los ojos y conviertan en jirones inútiles las páginas en blanco del cuaderno que ha arrastrado consigo en su caída

Antes de que el aliento vital de su espíritu aterrado se diluya en polvo salado por los senderos de un cielo para el desconocido, insensible, lejano y que no ha supuesto nada en su vida aferrada a la tierra

Cuando tiene los ojos cansados por el esfuerzo inútil de querer divisar allá arriba, sobre los bordes del acantilado, inaccesible a sus fuerzas, al salvador que no vendrá en su ayuda, por la razón de que no existe, porque no hay nadie que pueda preocuparse por él, igual que el nunca quiso interesarse por nadie.

Cuándo va perdiendo toda esperanza de salvación una voz le susurra desde el fondo de su conciencia que su actitud personal hacia los otros actores secundarios en el gran teatro de la vida hubiera dado resultados diferentes si el se lo hubiera propuesto ¿felices? ¿Desgraciados?... No lo sabe..., pero está seguro, (o quiere estarlo porque en ello le va el sentido de su propia existencia) Que el desarrollo de la obra podría haber sido diferente, y es posible, que a la caída del telón, llegasen a sus oídos los aplausos de seres agradecidos en vez de este final tan desgraciado, tan fuera de sus cálculos vitales.

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Perdido sobre un puñado de arena en este lugar desolado donde ha llegado rodando entre las rocas, rotas las piernas, en una bajada resbaladiza por un escaso sendero tortuoso pero que no le es desconocido, porque han sido cien veces pisado por sus botas de experto... este ser, que a nadie quiso, piensa lo fácil que le hubiera sido recibir ayuda de los aldeanos que viven cerca, tan cerca que podrían escuchar sus gritos de socorro si no los acallaran el estruendo furiosos de las olas.

Con tal de que algunos de sus vecinos hubieran conocido sus pasos, con tal de que no se hubiera pasado la vida, huyendo, escapándose, escondiéndose de ellos. Con tal de que hubiera convivido con la gente: Un gesto cariñoso a este, una sonrisa afable a aquel, una actitud benevolente con todos... hubiera sido suficiente... para que alguien le tuviese en su recuerdo, y ahora al notar su falta, hubiera revuelto el Cielo y la Tierra para intentar, si fuera aún posible, encontrarle con vida.

La voz de antes le habla ahora con fuerza, con esa fuerza inquebrantable y acusadora, interrogante y justiciera con que a todos nos grita nuestra conciencia. Palabras sin sonido que se elevan desde nuestro yo profundo, insondable y secreto, conocido en parte por todos nosotros, y en toda su incalculable extensión por el Ser poderoso que nos ha creado y que nos observa con benevolencia. Palabras que le recuerdan que no hay vuelta atrás, que al reloj de su vida se le está acabando la energía vital que sostiene sus pulsaciones, que ya es tarde para ganarse el afecto, el cariño, y el interés de los seres que se han cruzado en su vida y de los que ahora podrían ser en lógica y justa correspondencia, los clavos ardiendo donde agarrarse.

Después que los alfileres de la ventisca, el estruendo de las olas, el silbido del viento, el frío que le agarrotaba los dedos haciendo inservible su lapicero e inútiles las hojas de su cuaderno.

Después de que las voces de su conciencia hayan dejado de señalarle, inquisidoras, aquellas escenas deplorables de una vida sin sentido en las que él, y solo él, fue el único protagonista

Después que una placidez desconocida le haya devuelto a la realidad de su propio yo, cuando siente un calor extraño, pero agradable, que le sube desde las botas chorreantes que se hunden en la arena, hasta los pelos de la cabeza apoyada en las aristas de la roca.

Cuando ha desandado sin esfuerzo los recovecos entre los peñascos, que ya no le resultan resbaladizos, se ha acercado de nuevo a los bordes del acantilado, y ha visto, allá en el fondo, entre las algas que verdea la arena, las olas que se acercan a sus pies y que se llevan en su retroceso su cuaderno, igual que un juguete arrojado desde la borda de un barco, o los restos de una barquita de pescadores. Los pies acariciados por las olas sin fuerzas que le traen de nuevo su cuaderno...

La vuelta a casa no es igual que la venida. Por los senderos antes solitarios discurren ahora en un silencio religioso, igual que un río en una llanura desértica, gentes de todas las razas y colores venidas de todas partes: Estos con los rostros desencajados por algo terrible que parece que le corroen por dentro. Esos con un gesto que podría pasar por una sonrisa si no fuera porque encierra una tristeza indefinible. Aquellos avanzan con dificultad y necesitan apoyarse los unos en los otros para no caer sobre la tierra pedregosa.

Pero todos tienen la vista y la esperanza puestas en un punto de una brillantez indefinible, que les atrae irresistible y que se pierde en el horizonte de una distancia incalculable.

Al Ser cuya voz he escuchado antes, y que ahora se hace visible, quisiera hacerle las preguntas a la que desde hace un rato no encuentro respuesta: ¿Soy yo, el que está aquí, hablando contigo, sintiendo, llorando (aunque ya no tenga frío) Distinto al que yace roto allá abajo? ¿Es que alguien cuyo corazón ha latido, puede ser privado de tener otra oportunidad?...

El Ser transparente e intangible, pero real y verdadero. En respuesta a unas palabras que no he pronunciado. En un gesto de su barbilla, autoritaria pero cariñosa, señala inconfundible, a una persona que está sentada sobre una piedra en el borde del sendero, que parece, por su gesto indiferente y cansado, que espera a alguien que ya tarda, y de cuyos labios se desprende una letanía que solo yo parezco escuchar: Yo soy la persona que nunca quisiste, y que ahora necesita de nuevo tu ayuda para poder encontrarnos con Dios.

04 diciembre 2006

Fotografías premiadas en el VIII Concurso Fotográfico de AFOPAZ

Las obras premiadas en el VIII Concurso de la Asociación Fotográfica la Paz de Fuenlabrada se muestran en esta proyección de diapositivas creada por José Ignacio Camarero, socio de AFOPAZ.




Enlaces con más información sobre los PREMIOS de la A. F. la Paz (AFOPAZ).

03 diciembre 2006

Tierra de Quijotes. Fuentelespino de Haro--Belmonte

A finales de Agosto del 2006,La Mancha conquense se encontraba
de esta guisa.Por estas tierras anduvo Alonso Quijano, supongo que
no seria en verano.
La Mancha en esta época tiene su punto de locura y color.
Color cálido del amanecer,de flama durante el día, y refrescante
con la caída del sol.
Solo los locos cabalgamos por estos parajes.




La guardiana. Encina


Girasoles




Rastrojos



Bici y Alpacas





Poste indicador







Castillo de Belmonte







Molino






Chozo de pastor










La "Quijota III"
Fuentelespino